miércoles, 17 de febrero de 2016

La chica del flequillo

  Estaba viendo Monogatari Series, llegué al arco de Nadeko y... Nadeko es fabulosa, para toda la gente que dice que dejó de gustarle por ese arco: váyanse a cagar, no entendieron nada.
cómo no les puede gustar esto, expliquen
Agarraron al personaje más soso de la franquicia y la convirtieron en una DIOSA CON SERPIENTES EN LA CABEZA. Koyomi-oniichan un carajo, Medusa Nadeko llegó y espero que haya venido para quedarse.
Para ser sincera Sengoku Nadeko me parecía un plomo, no solo porque era un personaje blando y aburrido sino que era un horrible recordatorio de lo que más odio de Monogatari: el lolicon. Sengoku es tu hermanita menor perfecta según el fetiche ese que tienen los ponjas, es joven, linda y dice onii-chan cada dos palabras y esa voz suavecita que tenía no me ayudaba a apreciarla demasiado. En fin, cada vez que aparecía me daban ganas de revolear los ojos. Pero eso cambió en Otorimonogatari.



Se presenta como una chica tímida que no puede decir lo que realmente piensa, al no poder confrontar sus problemas se auto engaña y finge que en realidad las cosas que le pasan no le molestan ni le importan. Pero, lo quiera o no, es humana. Y los humanos se afligen por las cosas que pasan a su alrededor, les molesta cuando sus planes no van como ellos quieren y viven en eterno conflicto con sus pares y con ellos mismos. No hay nada que hacerle, esa es nuestra querida humanidad. 

Sí, sí, ahora Sengoku tiene conflictos como cualquier ser humano ¿y? Bueno, el hecho de que la flaca que hasta ahora solo aparecía para tirarle indirectas al protagonista tenga conflictos que van más allá de él ya es algo -a pesar... de que todo pase... por él, pero para este post no importa (?)-, pero es la forma en que ella resuelve esos temas lo que me sorprende. Hay todo un plan tan un intrincado para llegar a ser Medusa... se podría pensar que Sengoku es solo una víctima de las circunstancias pero  ella misma creó esas circunstancias y entonces se vuelve algo más complejo porque siguiendo esa línea de pensamiento llegamos a la conclusión de que ella es víctima y victimario al mismo tiempo.



Víctima. Una palabra que Nadeko detesta. Siempre víctima, incapaz de actuar por si misma, siempre a merced de las circunstancias. No puede evitarlo, no es solo la forma en la que se maneja, toda su aura grita damisela en aprietos y su entorno la trata como tal. Nadeko pasa por todo un proceso para convertirse en una diosa, su mentira es tan grande que hasta ella termina siendo engañada pero... ¿acaso esa mentira, creada por ella misma, no la hace parecer víctima frente a los demás? Y he ahí la cosa, Nadeko es capaz de crear una mentira así porque ella se considera una víctima de verdad. O mejor dicho, está acostumbrada a verse como una víctima y se sigue aprovechando de eso.



Durante este arco vemos a Nadeko reflexionar sobre quién es y sobre la percepción que tienen los otros sobre ella y vemos como las opiniones de los demás influyen en la forma en que se percibe a si misma. Al final llegamos a la conclusión de que no solo se mantiene de esa forma por tener una personalidad débil, los demás también ayudan a mantener este acto diabólico: es mucho más fácil para ella jugar a ser la pobrecita a encarar los problemas de una vez y las personas a su alrededor la dejan porque es fácil convivir con alguien que nunca hace nada, que nunca se enoja, que nunca reacciona... tan buena, tan pura... pero eso no es humano. 

Nadeko crea todo un plan donde sabe que ella, como siempre, va a representar su conocidisimo papel. Porque en el fondo odia lo que es, o lo que representa, y quiere liberarse. Es una chica egoísta y manipuladora e, irónicamente, esa es la faceta más humana que puede llegar a ofrecer. Piensa llegar hasta las últimas consecuencias para obtener lo que quiere y durante todo ese proceso se destruye a si misma en una explosión de enojo y furia y se vuelve a armar en base al rencor, la desesperación y la locura porque son las únicas cosas que puede sentir después de haberse contenido por tanto tiempo. El acto por fin se acabó. Y es algo glorioso de ver: lo puro que se contamina y no puede volver atrás.  De alguna manera me parece poéticamente hermoso.



No voy a decir que si no vieron Monogatari la vean solo por este arco, no me parece que tenga sentido a menos que o la hayas odiado en las temporadas anteriores o solo para que veas cómo destruyen a tu querida waifu. Que piensen lo que quieran, que Nadeko se haya convertido en Medusa fue liberador y lo mejor que le pudo pasar (hasta el momento). Capaz le estoy dando demasiadas vueltas al asunto y no entendí nada, probablemente solo querían hacer una Sengoku enojada y le dieron un contexto, qué sé yo, así es como lo veo o lo quise ver.


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