martes, 29 de diciembre de 2015

Comentario obligatorio sobre Shirobako

  Porque es obligatorio terminar el año hablando del mejor animu del 2015.



  Shirobako está en ese grupo de animes que empieza en un año y termina en el otro. La pobre no podía entrar en un top del 2014 porque no estaba finalizada y sufre el riesgo de ser olvidada en el top del 2015 por haber finalizado a principios del año, porque -seamos sinceros- para estas fechas ya somos personas completamente diferentes y nos olvidamos de casi todo lo que vimos en el año. Sin embargo a mí se me hace muy difícil olvidar a Shirobako. Y me es difícil hablar de ella, no solo porque ya hubo gente que dijo todo lo que se tenía que decir sobre la serie y lo expresaron mejor de lo que yo podría, sino porque... porque me gusta mucho, muuuuuucho Shirobako. Aunque no lo crean en este blog hay un leve intento de ser objetiva (palabra clave: intento) pero con este tema me saco la careta y tiro todo intento o idea absurda de objetividad al tacho. No hay con qué darle, Shirobako es lo mejor que vi en mucho tiempo y no pienso callarme.


  Se le podrán tirar algunos palos como que el diseño de las protagonistas es innecesariamente moe o que la serie no sabe tratar con seriedad los verdaderos problemas que tiene la industria. Para lo primero: es P.A Works, qué esperaban. Para los que piensan lo segundo: no entendieron nada. Shirobako es un slice of life, y así como nichibros no se molestó en tratar la angustia, la verdadera búsqueda de la identidad y todo el doloroso proceso de crecer durante la adolescencia, Shirobako no va a tratar de hacer una crítica mordaz y despiadada sobre el medio sino que va a mostrar dentro de lo posible lo malo y lo bueno que tiene el trabajar haciendo dibujitos.

it can be hell sometimes

  Shirobako es maravilloso desde el vamos. Al principio te introducen a un grupo de amigas en un club escolar que sueñan con hacer anime y vos ya sabés que va a ser la serie más pedorra del mundo con nenas haciendo todo lo posible para cumplir sus sueños y blablabla poder de la amistad blablabla. Pero se cagan en todo para hacer un salto temporal al presente actual y mostrarte que la vida no es tan fácil, que si bien no lo lograste o si llegaste a alcanzar tu meta ahora vivís lleno de estrés, con ojeras y haciendo carreristas en auto contra un tipo de otro estudio de animación. 

LITERAL

  Pero como dije, Shirobako es un slice of life y como tal no busca hundirte en un mar de depresión con este tema (aunque prácticamente la hicieron parir a la pelirroja, dios mío) es más, para mi Shirobako es una carta de amor al medio. La serie está llena de momentos que nos recuerdan que esto esta producido por gente que ama el anime, apelando a escenas que nos trasladan a aquellos años en donde hacer animación era un proceso más complicado por las escasas tecnologías de la época, escenas en donde una de las protagonistas se pone a cantar a todo pulmón en el auto el opening de su anime favorito de la infancia (todos tenemos nuestra canción, no lo nieguen) o ese capítulo inolvidable en donde animadores se pelean sobre qué es mejor si el CG o la animación tradicional. El final de ese capítulo es maravilloso.

  Y sí, le tira sus palazos a la industria como cuando hablan del escaso tiempo que tienen para producir algo y el horror de que se te atrase algo en la producción y tengas que volver a achicar el cronograma, como te meten un capítulo recopilatorio si no les alcanzaron las horas del día para terminar lo que tenían que hacer y dios nos salve de un director que todavía no sabe cómo quiere terminar su obra original. No me recuerden todo el tema de elegir seiyuus y ese doloroso debate entre si elegir a la persona más calificada o a la que sea capaz de atraer más audiencia por su popularidad. Pero amor no es amor del bueno si uno no es capaz de reconocer los defectos del otro, con todo eso Shirobako muestra lo hermoso que puede llegar a ser trabajar de aquello que se ama.  Las protagonistas harán todo lo posible -a su manera y con sus tiempos- para alcanzar sus metas. Esta es una historia de crecimiento personal, de esfuerzo y de amor. Y es algo hermoso de ver.

Aviso: puede llegar a hacerte llorar

  Pero por si no fuera suficiente, si una historia sobre cinco minas creciendo en el ámbito laboral y haciéndose un lugar en el mundo no alcanza para que te enamores, a la serie todavía le queda un As bajo la manga. Muchos de los personajes secundarios, todos esos tipos que ves en el estudio laburando, son personas reales de carne y hueso. Sí, los directores, animadores y hasta el pibe que te trae el mate están basados en personas reales y esto le da muchísima personalidad a la serie. 
Difícil no entrar en modo de fangirleo cuando apareció Hideaki Anno. Difícil no horrorizarte cuando descubrís que la prota no vio Evangelion. 

Se me cayó una ídola
  Y porque es un slice of life tiene su comedia y es genuinamente graciosa. No me puedo olvidar de que encerraron al director en una jaula para que haga su trabajo de una buena vez o cuando va a buscar al mangaka y tienen toda esa escena al estilo película del lejano oeste y el director detiene y esquiva a todos sus adversarios CON EL PODER DE SU PANZA. 
Larga vida al anime.

Cosas que solo nos pueden dar ellos

  En fin, la caja blanca solo tiene 24 capítulos y no tiene desperdicio. Si aman el anime o si tienen ganas de ver una carta de amor al medio que esta vez no incluye robots gigantes ni grandes discursos sobre ser re fuertes y machos como en el caso de TTGL entonces deberían ver Shirobako, a ver si de paso terminan el año con el corazón contento y todas las ganas de seguir sus propios sueños.

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